En este artículo explicaremos cómo se diagnostica la esclerosis múltiple. También se conoce como la enfermedad de las mil caras por la diversidad de sus síntomas, su complejidad y porque su diagnóstico acostumbra a requerir cierto tiempo. En esta lectura, vamos a descubrir todos sus secretos.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
Se trata de una enfermedad del sistema nervioso que puede dañar el cerebro y la médula espinal. Daña la vaina de mielina, que es el material que protege las neuronas. Por lo tanto, esta lesión hace que los mensajes que se envían entre el cerebro y el cuerpo sean más lentos o incluso se lleguen a bloquear.
¿Cómo se diagnostica?
Actualmente, el procedimiento que se sigue para determinar si padecemos de este mal se basa en las siguientes condiciones:
– Tienen que existir datos objetivos que demuestren como mínimo dos zonas con falta de mielina o lesiones debidas a la falta de esta. Además, tienen que encontrarse en diferentes áreas neurológicas y separadas en el tiempo. Esto significa que estos síntomas se encuentran en diferentes lugares y, en varias ocasiones, tanto en el cerebro como la médula espinal o el nervio óptico.
– Que previamente se hayan descartado otro tipo de enfermedades que puedan ser causantes de síntomas neurológicos parecidos.
Estos dos puntos son la base del Criterio de McDonald, que en 2005 se consensuó para la práctica médica del diagnóstico de esta enfermedad. Por desgracia, podemos llegar a tardar meses en obtenerlo, ya que requiere la repetición de algunas de las pruebas para obtener toda la información necesaria.
En algunos casos esto puede durar incluso años. Ya que, si el paciente llega a la consulta con su primer brote de esta enfermedad, esta no será determinada por la falta de pruebas de diferentes momentos en el tiempo. Esto significa que habrá que esperar al siguiente brote para confirmarla. Cuando se va a padecer por segunda vez es algo que se desconoce y puede alargarse por un periodo indefinido.
Confirmar el diagnóstico de esclerosis múltiple requiere un examen físico y pruebas diagnósticas.
Examen físico
Entre los signos más habituales que puede detectar el médico durante este examen se encuentran:
- Un movimiento ocular alterado y una reacción anormal de las pupilas.
- Cambios sutiles en el habla.
- Alteración de los reflejos.
- Problemas de coordinación.
- Alteraciones sensoriales.
- Muestras de espasticidad o de debilidad en los brazos o piernas.
Pruebas diagnósticas
La prueba más fiable es la resonancia magnética, ya que es capaz de detectar placas o cicatrices causadas por esta enfermedad. Nos permite obtener de forma no invasiva imágenes muy precisas del cerebro.
A veces sus resultados no son determinantes, ya que en algunos casos el paciente no presenta daños en el cerebro, sino que sus lesiones se encuentran en la médula espinal. Eso hace que se requieran pruebas complementarias.
La causa de este problema, por el momento, se desconoce. Se puede tratar de una enfermedad autoinmune que se encuentra en casos donde el cuerpo se daña a sí mismo. Esta acostumbra a afectar más frecuentemente a mujeres que a hombres y suele aparecer alrededor de los 30 años. Por norma general, no se trata de una enfermedad grave, pero en algunas personas puede llegar a tener tal intensidad que se pierda la capacidad de escribir, hablar o incluso de caminar.
Por eso, aunque aún no exista una cura para ella, recomendamos estar informado sobre cómo se diagnostica la esclerosis múltiple, ya que es importante detectarla pronto para ralentizar los síntomas y ayudar a controlarlos. Ante cualquier otra duda sobre este tema no hay que dudar en contactar con nosotros o visitarnos en Clínicas Neural. Nuestro equipo de profesionales aconsejará y dará la atención personalizada que este tipo de casos requiere.